Los contenedores sanitarios son elementos imprescindibles en ámbitos como hospitales, laboratorios, clínicas, centros de salud o incluso centros veterinarios.
Actualmente, la normativa exige que estos contenedores se diseñen con determinadas características, en función del tipo de residuo que van a almacenar, así como con información específica, que permita a los responsables gestionarlo de la forma adecuada.
Índice
¿Qué son los contenedores sanitarios?
Los contenedores sanitarios son espacios de almacenaje en los que deben depositarse los residuos sanitarios correspondientes.
Estos residuos permanecerán en su interior de forma segura y sin riesgo de provocar una infección a otros usuarios, hasta que una empresa especializada se encargue de su recogida, transporte y posterior tratamiento.
Características de los contenedores sanitarios
Por su naturaleza, los contenedores sanitarios deben tener ciertas características:
- Deben ser impermeables, de forma que eviten la entrada o salida de líquidos. Para ello también cuentan con un cierre hermético.
- Deben presentar total opacidad, por lo que no se puede ver su interior.
- Deben estar fabricados con materiales resistentes a la humedad.
- No deben presentar elementos punzantes o cortantes en el exterior, de igual manera que deben ser fabricados con materiales suficientemente resistentes a ellos, para evitar perforaciones.
- Deben estar identificados con la información requerida para estos contenedores.
- Deben tener asas que faciliten su transporte.
Tipos de contenedores sanitarios
A la hora de hablar de tipos de contenedores sanitarios, tenemos que hacer una clasificación equivalente a los residuos que van a incluir en su interior:
- Contenedores para residuos asimilables a urbanos: son aquellos que no representan ningún riesgo para la salud ni para el medio ambiente. Se generan en instalaciones propias de estos centros sin relación con servicios sanitarios, como en cocinas, cafeterías y similares.
- Contenedores para residuos sanitarios no específicos: son residuos que sí pueden tener gérmenes, por lo que representan un riesgo de contagio por contacto directo. Por ejemplo, los residuos de pequeñas intervenciones, gasas, vendajes, secreciones, productos de higiene íntima, etc.
- Contenedores para residuos sanitarios especiales: almacenan todos los residuos biopeligrosos, desde objetos punzantes o cortantes hasta cultivos infecciosos, etc. Son de color amarillo.
- Contenedores para residuos citostáticos y químicos: incluyen residuos procedentes de medicamentos citotóxicos, así como materiales desechables como mascarillas, guantes, batas y similares. También pueden destinarse al almacenamiento de residuos de tipo químico. Son de color rojo.
- Contenedores para residuos radiactivos: en este caso estamos ante contenedores especialmente diseñados para incluir en su interior residuos que tengan materiales radiactivos y que, por tanto, requieren unos niveles de seguridad especiales.
Información mínima requerida en estos contenedores
La normativa vigente exige que los contenedores sanitarios estén debidamente identificados con esta información:
- Un pictograma o signo oficial que indique el grado de contaminación de los residuos.
- Datos exactos sobre los tipos de residuos incluidos.
- Datos sobre el productor.
- Información de contacto del gestor de los residuos.
Beneficios de los contenedores en la gestión de residuos de los EPIS
Los contenedores sanitarios brindan muchos beneficios para la gestión de residuos de EPIS y de material utilizado en centros médicos en general. De ellos, podemos destacar los siguientes:
- Permiten almacenar con seguridad estos residuos, sin riesgo a infecciones o contagios.
- Reducen los riesgos ambientales que representan estos residuos sin un tratamiento adecuado.
Cumplen las normativas de seguridad sanitaria asociadas, para proteger la salud de la sociedad y de todos los seres vivos en general.