El trabajo de veterinaria tiene considerables riesgos por la naturaleza de las tareas a realizar y también por los elementos químicos, eléctricos y quirúrgicos que se utilizan en el día a día. Los elementos de protección personal para veterinarios deben estar siempre aprovechados, para evitar incidentes o accidentes, que puedan suponer un riesgo tanto para los profesionales como para los animales y sus acompañantes.
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Importancia de la prevención de riesgos en veterinaria
Los últimos años se ha hecho patente la importancia que tiene elaborar un manual de riesgos laborales para centros sanitarios veterinarios, con el que informar y formar a los profesionales de las medidas preventivas y resolutivas que hay que tomar en consideración en el trabajo diario.
De forma popular se considera que el “único riesgo” al que se enfrentan los veterinarios es el de reacciones agresivas de los animales que tratan, algo que obviamente es patente, pero que forma parte de la naturaleza de su trabajo.
Como profesionales, deben saber cómo manejar todo tipo de situaciones con animales y contar con las medidas de protección adecuadas ante mordeduras, arañazos o picaduras.
Sin embargo, los riesgos y medidas preventivas para veterinarios abarcan muchos más ámbitos, ya que, por ejemplo, el uso de materiales punzantes y cortantes, sobre todo en el área quirúrgica, pueden ocasionar graves heridas que hay que tratar de inmediato.
Un veterinario también suele utilizar a menudo productos químicos, así como medicamentos, material de ensayo clínico para análisis de sangre, equipos de diagnóstico de imagen, material anestésico, etc.
Todo ello requiere un procedimiento de uso seguro tanto en la práctica veterinaria sobre el animal como también en su almacenamiento y posterior eliminación.
Riesgos y medidas preventivas para el veterinario
En primer lugar, se recomiendan unas medidas preventivas generales sobre la seguridad en el entorno de trabajo veterinario:
- Mantener una higiene laboral óptima en cuanto a orden y limpieza.
- Uso constante de EPIs y EPPs para veterinarios.
- Aplicar medidas de seguridad en manipulación de muestras, de productos y de equipos médicos.
- Realizar un almacenamiento de productos óptimo y seguro.
- Tener contenedores apropiados para la gestión y eliminación de residuos.
En la práctica se deben asumir ciertas obligaciones del veterinario, con el fin de poder ofrecer un servicio óptimo, seguro y profesional:
- En las visitas veterinarias y en las estancias como laboratorios y salas de operación no se debe fumar, comer o beber.
- La ropa veterinaria debe ser diferente a la ropa normal y adecuada para el trabajo a realizar.
- Por lo general es necesario llevar el cabello recogido y/o protegido.
- Es importante mantener las manos lavadas y protegidas en la medida de lo posible.
- Es recomendable evitar anillos, pulseras y complementos similares.
EPIs y EPPs para veterinarios
Los Equipos de Protección Individual (EPI) y Equipos de Protección Personal (EPP) que deben aprovecharse en la prevención de riesgos veterinaria son numerosos y variados.
La ropa protectora debe incluir los siguientes elementos:
- Batas de laboratorio.
- Monos de trabajo.
- Delantales.
- Impermeables.
- Guantes.
- Mascarillas.
- Cubre zapatos.
- Cubre botas.
De forma más específica, según el trabajo a realizar en cada tratamiento veterinario, también es posible aprovechar estos equipos:
- Elementos de protección ocular.
- Batas resistentes a productos químicos.
- Batas resistentes al rasgado.
- Sistemas de protección auditiva.
Por último, hay que tener en cuenta que ciertos trabajos pueden requerir elementos de protección personal para veterinarios específicos, por lo que basándose en la especialización y el servicio ofrecido, hay que valorar los diferentes EPIs y EPPs necesarios.