Los guantes estériles y los que son no estériles disfrutan actualmente de una gran demanda en diferentes sectores, siendo el sanitario uno de los más importantes.
No hay que tomarse a la ligera qué tipo de guante desechable escoger, dado que sus propiedades son específicamente útiles según en qué situaciones son aprovechados.
Analizamos a continuación las diferencias entre guantes estériles y no estériles, así como recomendaciones de uso.
Índice
Guantes estériles y no estériles: características
Los guantes estériles frente a los guantes no estériles presentan diferencias en cuanto a materiales de composición y sus correspondientes características a la hora de una aplicación práctica. Estas que enumeramos son las más importantes:
Guantes estériles
Los guantes estériles suelen estar fabricados con látex, neopreno y vinilo. Esto les presenta con una buena resistencia a la tracción, al mismo tiempo que proporcionan un buen tacto.
También destacan por no tener micro-agujeros y por formar una barrera bacteriológica, de gran utilidad sobre todo en el ámbito médico.
Los guantes estériles cumplen la norma UNE EN 455-1 y 2 y se presentan en un embalaje reforzado con doble bolsa, así como ofrecen casi siempre distintas formas de plegado.
Guantes no estériles
Los guantes no estériles suelen contar entre sus materiales con látex, vinilo, nitrilo y PVC. Dependiendo de la elección final de su composición, pueden ofrecer características de resistencia a los disolventes y a ciertos productos químicos.
Los guantes no estériles coinciden con los estériles en su estanqueidad bacteriológica, en su sensibilidad al tacto y en que no tienen micro-agujeros. Además, también cumplen la norma UNE EN 455-1 y 2.
Sin embargo, su embalaje también presenta algunas diferencias. Por ejemplo, los guantes no estériles están disponibles normalmente en una caja dispensadora por unidades.
¿Cuál es la diferencia entre los guantes estériles y no estériles?
El embalaje de guantes estériles y no estériles es una diferencia clara de presentación entre estas dos tipologías.
No obstante, en aplicaciones médicas, sus materiales y características los hacen también recomendables para diferentes usos.
Los guantes estériles tienen una mayor sensibilidad al tacto. Esto los presenta con mejores prestaciones para los diagnósticos médicos, así como también en algunos procedimientos quirúrgicos o incluso en asistencia al parto.
Los guantes no estériles son un poco más resistentes, por lo que en aplicaciones médicas son perfectos para manipulaciones que presentan cierto riesgo, para el aseo íntimo de pacientes, la toma de muestras de sangre, colocar infusiones, limpiar instrumental o cualquier manipulación de sustancias peligrosas.
Ambos, en cualquier caso, presentan una excelente barrera bacteriológica con la que evitar infecciones de cualquier tipo.
Por tanto, debemos identificar la importancia que tienen los materiales de cada guante, para saber cuándo es mejor una tipología u otra.
De una forma más específica, el látex es uno de los materiales que mejor protección ofrece. Su sensación al tacto permite hacer movimientos más precisos y, además, son muy flexibles, elásticos e impermeables.
El nitrilo es una alternativa recomendada para guantes médicos cuando el profesional o el paciente presenta alergia al látex. Además, es un material más resistente y duradero.
Por otro lado, el vinilo es una opción normalmente más asequible, también más grueso al tacto, pero al mismo tiempo más resistente frente a pinchazos y cortes.