El plástico es uno de los materiales más utilizados actualmente en el mundo entero. De igual forma, su reciclaje también es uno de los más determinantes a nivel medioambiental, con el fin de reducir sus residuos y también para aprovecharlos como materia prima en nuevas producciones.
Para conocer mejor este amplísimo sector, las dos facetas básicas que debemos tener en cuenta son los tipos de plásticos más comunes y el proceso de reciclaje que hay que seguir.
Índice
PET (tereftalato de polietileno)
Lo podemos ver sobre todo en envases, botellas, ropa y en alimentación. Es la tipología de plástico más usada.
El tereftalato de polietileno puede ser transparente o compaginarse con colorantes, su resistencia química e indeformabilidad térmica son excelentes y es 100% reciclable.
HDPE (polietileno de alta densidad)
Algo más reciente es el polietileno de alta densidad, que primero se enfocó a tuberías o canalones, pero que pronto encontró otros mercados de alta rentabilidad como las botellas de detergente y los envases de comida.
Destaca por su equilibrio entre resistencia y flexibilidad, además es muy ligero y fácil de transportar. Hoy en día se ha extendido su fabricación a todo tipo de recipientes, cierres y tapas.
LDPE (polietileno de baja densidad)
El primer polietileno creado fue el de baja densidad. Esta característica le hace especial, también para el proceso de reciclado.
Es un plástico flexible y resistente a sustancias químicas, que puede presentarse transparente o translúcido. Se aplica en infinidad de sectores, entre los que están los juguetes y los desarrollos electrónicos.
PP (polipropileno)
El polipropileno está muy presente en distintos electrodomésticos y piezas de vehículos. Destaca por su gran resistencia química, por su alta pureza y por sus propiedades de aislamiento eléctrico, entre otras características.
Se encuentra en todo tipo de tejidos textiles, maquinaria de construcción, aparatos eléctricos y un sinfín de sectores más. Respecto a su reciclaje, puede ser más complejo que con otros plásticos, pero es perfectamente viable.
Cómo reciclar el plástico
El reciclaje de plástico sigue las siguientes 4 fases:
- Primera fase: depositar los envases en el contenedor apropiado de recogida selectiva, que en este caso es el amarillo.
- Segunda fase: la empresa responsable recoge los envases y los traslada a una planta donde se realiza la selección de los materiales y su clasificación.
- Tercera fase: se procede a triturar y lavar todos los residuos para eliminar las impurezas que puedan estar presentes. Luego se aplica secado y centrifugado para eliminar posibles restos y homogeneizar todo el material.
- Cuarta fase: con el plástico ya reciclado se puede crear un nuevo producto que esté formado con materiales reciclados.
Dónde termina el plástico reciclado es algo más variable. Dependiendo de sus características podría ser utilizado para crear el mismo producto que anteriormente, pero nuevo. En otras ocasiones puede ayudar a crear nuevos productos como complemento de otros materiales o basándose en él directamente.
Lo importante es dar esa oportunidad a todos los tipos de plástico y convertirlos en una parte indispensable de la economía circular, reduciendo hasta cero los posibles residuos que pueden derivar de ellos.
