Prácticos, cómodos y seguros. Estos son los 3 principales elementos que deben asociarse a los uniformes de limpieza, para un trabajo en perfectas condiciones.
No obstante, para conseguir este objetivo, hay que fijarse en muchos detalles que debe cumplir cada uniforme y, en la medida de lo posible, también contar con soluciones de protección adecuadas.
Índice
¿Cómo debe ser el uniforme para personal de limpieza?
Dejando de lado el hecho del diseño, ya que en cada empresa pueden decantarse por estilos diferentes, el uniforme de limpieza sí debería cumplir ciertos requisitos en cualquier ámbito.
El primero de ellos es el de comodidad, porque los profesionales de limpieza están en continuo movimiento. Una ropa holgada que facilite esta movilidad ayudará también a aumentar el rendimiento en el trabajo.
Las mangas anchas y los pantalones amplios ayudan a llegar a zonas altas o a agacharse, de una forma sencilla y sin limitaciones.
Por eso la mayoría de uniformes de limpieza son batas, monos de un solo uso y prendas similares a estas opciones.
Los tejidos más utilizados en uniformes de limpieza son algodón y poliéster, que no solo aportan comodidad sino también resistencia, por lo que aumentan la durabilidad de estas prendas.
El calzado es otro elemento importante. Es cierto que hay muchas soluciones entre las que podemos elegir, pero sobre todo debemos escoger opciones con materiales resistentes a los productos de limpieza que vayan a utilizarse.
Además, en muchas ocasiones se trabaja sobre suelo mojado, por lo que es preferible un calzado que garantice la mayor estabilidad posible.
¿Por qué proteger un uniforme de personal de limpieza?
El uniforme de personal de limpieza puedes protegerlo además con vestuario desechable, que abarca desde accesorios que puede llevar el profesional como mascarillas y guantes, hasta sistemas de protección para todo el uniforme.
Algunas de las prendas desechables más utilizadas en estos casos son batas, delantales, gorros desechables, guantes o cubrecalzados.
Estas soluciones destacan en primer lugar por la comodidad que preservan. Se ajustan a la perfección al cuerpo y son muy ligeros, por lo que el profesional puede mantener su ritmo de trabajo sin limitación alguna y con mayor protección.
Es también un aporte extra a la higiene en el trabajo. Evita que el uniforme de limpieza se manche o incluso que se produzcan infecciones cruzadas. Con este vestuario desechable se reduce la probabilidad de transmitir agentes externos no deseados.
Representa además un factor de confianza ante los clientes, ya que el uniforme de limpieza permanece sin manchas ni restos de suciedad. Así se da una imagen de profesionalidad y responsabilidad en el trabajo.
También supone un ahorro económico, ya que una vez utilizado se puede desechar y el uniforme permanece limpio y listo para un nuevo uso. Así se evitan lavados y todo el coste asociado.
De forma indirecta, también representa un aporte a la sostenibilidad en el desarrollo del trabajo de la empresa, que no tendrá que dedicar tantos recursos a la limpieza de uniformes.
Incluso para la seguridad de los profesionales es muy beneficioso. La impermeabilidad de estos materiales impide que traspasen gases y líquidos de distinta tipología al interior, consiguiendo así una protección extra en su trabajo.