Los riesgos laborales en educación infantil existen, como en cualquier otro sector profesional. A veces están desdibujados o se desconocen, porque cobra prioridad la labor educativa con los estudiantes, pero las características de este trabajo no lo hacen estar exento de riesgos.
Repasamos a continuación los riesgos laborales más importantes en el ámbito educativo y las mejores estrategias para prevenirlos.
Índice
¿Qué riesgos laborales hay en el ámbito educativo?
En el entorno educativo encontramos dos posibles tipologías de riesgos laborales, los físicos y los psicológicos.
A nivel físico, los problemas más corrientes están relacionados con el aparato respiratorio y el fonador. Laringitis, afonías y otras enfermedades que afectan directamente a la garganta suelen darse con frecuencia entre los profesionales docentes.
Como en otros trabajos, también existe riesgo de sufrir patologías traumatológicas en la espalda, en cervicales y zonas similares. Por descontado, también existe el riesgo de sufrir una fractura o lesión por caerse o tropezarse en el entorno laboral.
Por último, se incluyen también alteraciones de los órganos sensitivos, como problemas en la visión o auditivos.
A nivel psicológico todo trabajo puede suponer un riesgo que afecte a las emociones y sentimientos del profesional, hasta el punto de ser un problema para desarrollar sus labores e incluso que afecte a su vida personal. La ansiedad, la depresión y el estrés son algunos de los problemas relacionados que se dan con mayor asiduidad.
Medidas de prevención de riesgos laborales en escuelas infantiles
La mejor medida de prevención de riesgos laborales que se puede ofrecer en escuelas infantiles es la formación. Al mostrar a los profesionales e incluso a los estudiantes los riesgos del entorno en el que se encuentran, pueden adoptar medidas de prevención efectivas.
Por ejemplo, pueden sentarse correctamente, utilizar posturas ergonómicas, hacer suficiente ejercicio a lo largo del día y no forzar en ningún momento la voz, la vista o cualquier músculo.
Esta información es muy importante, no solamente para los docentes que trabajan en el centro, sino también para compartirla con los estudiantes y que la vayan asimilando para aplicar durante toda su vida, sobre todo para cuando sean mayores y en función del tipo de trabajo que se precise.
Todo ello debe estar bien complementado con un buen mobiliario que reduzca al máximo los riesgos laborales. Unas sillas ergonómicas y mesas en las que sea posible trabajar y estudiar, ayudarán a adoptar posturas menos dañinas y a mantener en buena posición músculos y articulaciones.
En algunos casos se recomienda mejorar la acústica de algunos espacios con el fin de que los profesores no tengan que forzar su voz o incluso utilizar micrófonos y altavoces cuando sea necesario, siempre a un volumen adecuado.
Además, es muy importante contar con material de protección para el sector escolar tanto para profesores como para estudiantes, sobre todo en algunas aulas específicas, como el laboratorio o la cocina, así como otras destinadas a clases especiales como plástica, tecnología, robótica o ciencias.
Con los productos adecuados, tanto profesores como alumnos contarán con la protección adecuada y minimizarán los riesgos laborales que pueden darse en un centro educativo que, aunque sean pocos, siempre están presentes.